Licorería Online

Bodegón con seis botellas de licores ancestrales redescubiertos, rodeadas de hierbas, especias y frutas sobre madera rústica.

Seis Licores Ancestrales Redescubiertos para el Deleite Actual

Introducción

En un mundo saturado de productos estandarizados, el paladar moderno busca con avidez experiencias auténticas, sabores con historia y productos que cuenten una historia. Esta búsqueda de la autenticidad nos ha llevado a mirar hacia atrás, a desempolvar antiguas recetas y a redescubrir bebidas que fueron el alma de civilizaciones pasadas. Los licores ancestrales, nacidos de la tierra, la tradición y el ingenio humano, están experimentando un renacimiento espectacular. Ya no son reliquias de museo, sino protagonistas vibrantes en bares de alta coctelería y en las copas de los exploradores de sabores más exigentes.

Estas bebidas son mucho más que simples fermentos o destilados; son cápsulas del tiempo líquidas. Cada sorbo nos transporta a los salones vikingos, a los rituales sagrados de los aztecas o a los cafés bohemios del París del siglo XIX. Nos conectan con métodos de producción artesanales, con ingredientes autóctonos y con una sabiduría que ha resistido el paso de los siglos. Este artículo es un viaje a través de seis de estos tesoros líquidos redescubiertos, una exploración de su historia, sus complejos procesos de elaboración y las características que los hacen únicos. Prepárese para embarcarse en una degustación a través del tiempo y la cultura, y descubra por qué estas joyas del pasado son la nueva frontera del deleite actual.

1. Hidromiel: El Néctar de los Dioses Vikingos

Considerada por muchos como la bebida alcohólica más antigua de la humanidad, la hidromiel precede incluso a la cerveza y al vino. Este elixir dorado, elaborado a partir de la fermentación de miel y agua, fue venerado por culturas de todo el mundo, desde los antiguos griegos que lo llamaban «ambrosía» hasta los celtas y, más famosamente, los vikingos, para quienes era la bebida de los guerreros y los dioses en el Valhalla.

El Proceso Ancestral y sus Variedades

La magia de la hidromiel reside en su simplicidad fundamental y su infinita complejidad potencial. En su forma más básica, solo se necesita miel, agua y levadura. La levadura consume los azúcares de la miel y los convierte en alcohol y dióxido de carbono. Sin embargo, la calidad y el tipo de miel son determinantes para el perfil de sabor final. Una miel de azahar dará lugar a una hidromiel con notas cítricas y florales, mientras que una de brezo producirá un resultado más robusto y terroso.

A partir de esta base, las variaciones son casi ilimitadas, dando lugar a una fascinante familia de bebidas:

  • Metheglin: Hidromiel especiada, donde se añaden hierbas y especias como canela, clavo, nuez moscada o jengibre durante o después de la fermentación.
  • Melomel: Se elabora con la adición de frutas. Cuando se usan manzanas, se llama Cyser; con uvas, se denomina Pyment.
  • Braggot: Una potente mezcla híbrida de hidromiel y cerveza, fermentada con miel y malta de cebada.

El Renacimiento Moderno

Tras siglos de estar relegada a ferias medievales y círculos de nicho, la hidromiel está viviendo un renacimiento espectacular. El movimiento de la cerveza artesanal ha abierto el camino para que los consumidores aprecien bebidas fermentadas complejas y de producción local. Las «meaderies» (hidromielerías) artesanales están surgiendo en todo el mundo, experimentando con diferentes tipos de miel, levaduras de vino y cerveza, y técnicas de envejecimiento en barrica. El resultado es una gama de productos que va desde hidromieles secas, ligeras y espumosas, similares a un vino blanco, hasta versiones dulces, densas y complejas, más parecidas a un oporto o un vino de postre. Este antiguo néctar ha demostrado que su lugar no está solo en los libros de historia, sino en la vanguardia de la innovación en bebidas.

2. Pulque: El Corazón Sagrado de México

Mucho antes de que el tequila y el mezcal conquistaran el mundo, México tenía otra bebida sagrada extraída del agave: el pulque. Conocido como la «bebida de los dioses» por los aztecas, este líquido lechoso, viscoso y ligeramente espumoso tiene una historia de más de 2.000 años. No es un destilado, sino un fermentado, lo que le confiere un carácter completamente diferente y una conexión más directa y cruda con la planta de la que proviene.

La Cosecha del Aguamiel

El pulque se obtiene del maguey pulquero (una variedad de agave), pero el proceso es un arte que requiere paciencia y habilidad. Cuando la planta está a punto de florecer, un proceso que puede tardar entre 8 y 12 años, se le corta el quiote (el tallo floral central). En la cavidad resultante, la planta comienza a secretar su savia, conocida como aguamiel. Un artesano especializado, el tlachiquero, utiliza un instrumento llamado acocote (una calabaza larga y hueca) para succionar el aguamiel del corazón del maguey, dos veces al día. Una sola planta puede producir varios litros de aguamiel diarios durante varios meses.

Fermentación Salvaje y Sabor Único

Una vez recolectado, el aguamiel se deposita en tinacales (grandes recipientes, tradicionalmente de madera o cuero), donde comienza una fermentación natural y espontánea gracias a las levaduras y bacterias presentes en el propio aguamiel y en el ambiente. Este proceso es rápido, durando a menudo menos de 24 horas. El resultado es el pulque, una bebida con un bajo contenido alcohólico (generalmente entre 4% y 6% ABV), de textura densa y sabor complejo: ligeramente dulce, ácido y con un toque herbal distintivo que algunos describen como «terroso».

Debido a su naturaleza viva y no pasteurizada, el pulque tiene una vida útil muy corta y es difícil de transportar, lo que limitó su popularidad fuera de las regiones centrales de México. Sin embargo, hoy en día, las «pulquerías» tradicionales están viendo un resurgimiento, atrayendo a nuevas generaciones. Además, se ha popularizado el «curado», que consiste en mezclar el pulque con frutas, nueces o cereales para suavizar su sabor y hacerlo más accesible a los paladares no iniciados. El pulque es un testimonio viviente de la biodiversidad y la cultura mexicana, una bebida ancestral que se niega a desaparecer.

3. Chicha de Jora: La Cerveza Ceremonial de los Incas

En los Andes, desde Colombia hasta el norte de Argentina, la chicha es más que una bebida: es un pilar social, ceremonial y nutricional que ha unido a las comunidades durante milenios. Aunque el término «chicha» puede referirse a muchas bebidas fermentadas de frutas o tubérculos, la más icónica es la Chicha de Jora, una especie de cerveza elaborada a base de maíz que fue fundamental en el Imperio Inca.

El Proceso de Malteado y Fermentación

La elaboración de la Chicha de Jora comienza con un proceso de malteado del maíz. Los granos se hacen germinar (proceso que convierte los almidones en azúcares fermentables) y luego se secan y se muelen para obtener la «jora». Esta harina se hierve en agua durante horas en grandes ollas de barro, creando un mosto dulce. Después, el líquido se cuela y se deja fermentar en vasijas de cerámica.

El método de fermentación es donde radica una de sus características más fascinantes y, para algunos, controvertidas. Tradicionalmente, para iniciar o acelerar la fermentación, los productores (generalmente mujeres) masticaban una porción de la harina de maíz y la escupían en el mosto. Las enzimas presentes en la saliva, como la amilasa, ayudan a descomponer los almidones, un método ancestral de sacarificación. Aunque hoy en día muchos productores utilizan otros iniciadores, esta práctica tradicional subraya la profunda conexión íntima entre el creador y la bebida.

Un Símbolo de Comunidad y Resistencia

Para los incas, la Chicha de Jora era una bebida sagrada, utilizada en todas las ceremonias religiosas y sociales importantes, desde los nacimientos hasta los funerales. Se ofrecía a la Pachamama (Madre Tierra) y a los Apus (espíritus de las montañas) como ofrenda. Tras la conquista española, la chicha fue a menudo prohibida, pero su producción continuó en la clandestinidad, convirtiéndose en un símbolo de resistencia cultural.

Hoy, la Chicha de Jora sigue siendo una bebida popular en las zonas rurales de los Andes. Se bebe en «chicherías», locales a menudo marcados con una bandera blanca en la puerta. Su sabor es único, agrio y ligeramente dulce, con un aroma a maíz tostado. Su redescubrimiento por parte de chefs y mixólogos está ayudando a revalorizar este legado líquido, presentándolo no como una curiosidad rústica, sino como una bebida fermentada compleja y con una profunda carga cultural.

4. Shōchū: El Espíritu Versátil de Japón

Mientras que el sake (un vino de arroz fermentado) es la bebida japonesa más conocida internacionalmente, el shōchū es en realidad el destilado más consumido en Japón. Este versátil espirituoso, cuyo nombre significa «licor quemado», tiene una historia que se remonta al menos al siglo XVI. A diferencia del sake, el shōchū es uno de los destilados, lo que le confiere un mayor contenido alcohólico y un perfil de sabor muy diferente.

El Arte de la Destilación Única

Lo que distingue al shōchū de alta calidad, conocido como Honkaku Shōchū, es que se destila una sola vez. Este método, a diferencia de las múltiples destilaciones de vodkas o ginebras, permite que el carácter y el sabor de la materia prima original permanezcan en el producto final. Y es precisamente la variedad de materias primas lo que hace que el mundo del shōchū sea tan diverso y fascinante.

Los ingredientes base más comunes son:

  • Cebada (Mugi): Produce un shōchū suave, ligero y fácil de beber, a menudo con notas de nuez o malta.
  • Batata (Imo): Da como resultado un shōchū con un aroma potente, a menudo floral o afrutado, y un sabor rico y ligeramente ahumado. Es típico de la región de Kyushu.
  • Arroz (Kome): Crea un shōchū con un sabor delicado y elegante, que recuerda a un sake de alta graduación.
  • Trigo Sarraceno (Soba) y Azúcar Moreno (Kokuto): Son otras bases populares que ofrecen perfiles de sabor únicos, desde notas terrosas hasta toques de ron.

El otro ingrediente clave es el kōji, un moho cultivado (generalmente Aspergillus oryzae) que se inocula en una parte del arroz o la cebada para descomponer los almidones en azúcares antes de la fermentación principal. El tipo de kōji (negro, blanco o amarillo) también influye significativamente en el sabor final del destilado.

Cómo Disfrutarlo

El shōchū es increíblemente versátil en su consumo. Se puede disfrutar solo o con hielo (rokku), pero la forma más popular en Japón es diluido con agua. Se mezcla con agua fría (mizuwari) en verano o con agua caliente (oyuwari) en invierno, una práctica que abre los aromas de la bebida de una manera sorprendente. También es una base excelente para cócteles, especialmente en el popular Chūhai (shōchū highball), mezclado con soda y zumos de frutas. Su creciente popularidad en Occidente se debe a su complejidad, su versatilidad y su capacidad para expresar un verdadero sentido del lugar y del ingrediente.

5. Absenta: El Regreso del Hada Verde

Ningún licor ancestral está tan rodeado de mitos, leyendas y controversias como la absenta. Bautizada como «La Fée Verte» (El Hada Verde), esta bebida espirituosa de alta graduación, aromatizada con ajenjo, anís e hinojo, fue la musa de artistas y escritores bohemios en el París de la Belle Époque, como Van Gogh, Picasso, Oscar Wilde y Verlaine. Su reputación de inducir alucinaciones y a la locura llevó a su prohibición en gran parte de Europa y América a principios del siglo XX.

Mitos y Realidades de la Tuyona

El principal culpable de su prohibición fue la tuyona, un compuesto químico presente en el ajenjo (Artemisia absinthium). Se creía que la tuyona era un potente psicoactivo con efectos similares a los del THC. Sin embargo, la ciencia moderna ha demostrado que la cantidad de tuyona en la absenta producida tradicionalmente era mínima e incapaz de causar los efectos que se le atribuían. La «locura» asociada a la absenta se debía, con toda probabilidad, al consumo excesivo de un alcohol de muy alta graduación (a menudo entre 60% y 75% ABV) y a la mala calidad de algunas absentas baratas que contenían aditivos tóxicos como el sulfato de cobre para potenciar su color verde.

Tras casi un siglo de prohibición, la absenta fue legalizada de nuevo en la mayoría de los países a finales del siglo XX y principios del XXI, una vez que se establecieron límites seguros para el contenido de tuyona. Este renacimiento ha permitido a los destiladores artesanales recuperar las recetas y métodos de producción pre-prohibición.

El Ritual de la Degustación

Beber absenta es un ritual en sí mismo. El método tradicional, conocido como «la louche», es esencial para apreciar su complejidad. Se vierte una medida de absenta en una copa especial. Sobre la copa se coloca una cuchara perforada con un terrón de azúcar. A continuación, se vierte lentamente agua helada sobre el azúcar, gota a gota. A medida que el agua se mezcla con el licor, los aceites esenciales de las hierbas, que son insolubles en agua, se desprenden de la solución alcohólica, creando una fascinante emulsión opalescente y lechosa. Este proceso no solo es visualmente atractivo, sino que también libera los aromas y suaviza la intensidad del alcohol, revelando capas de sabor a anís, hinojo, menta y una sutil amargura herbal del ajenjo. El regreso de la absenta nos permite disfrutar de una de las bebidas más complejas y con más historia del mundo, despojada por fin de sus mitos injustificados.

6. Herbero de la Sierra de Mariola: El Tesoro Botánico de Alicante

Mientras que algunas bebidas ancestrales nos llevan a rincones lejanos del mundo, otras son tesoros locales que encapsulan el paisaje y la sabiduría de una región específica. Es el caso del Herbero, un licor profundamente arraigado en la Sierra de Mariola, en la provincia de Alicante. Esta bebida es el resultado directo de la rica biodiversidad botánica de la sierra, declarada Parque Natural, y de una tradición de recolección y maceración de hierbas que se ha transmitido de generación en generación.

La Alquimia de las Hierbas Aromáticas

El Herbero es un licor de hierbas obtenido por la maceración de una selección de plantas aromáticas recolectadas en la Sierra de Mariola en un alcohol base, que suele ser una mezcla de anís dulce y seco. No existe una única receta; cada familia y cada productor tiene su propia fórmula secreta, pero la normativa de la Denominación Específica «Bebidas Espirituosas de Alicante» exige que contenga al menos cuatro de las siguientes plantas: salvia, manzanilla, poleo, hierbaluisa, raíz de cardo santo, menta piperita, rabo de gato, hinojo, anís, melisa, agrimonia, ajedrea, zamarrilla, hierba de San Guillermo, tomillo y cantueso.

Esta compleja mezcla de botánicos se macera durante meses, permitiendo que el alcohol extraiga lentamente los aceites esenciales, aromas y sabores de cada planta. El resultado es un licor con un color que varía del ámbar pálido al verde intenso, una graduación alcohólica de entre 22% y 40%, y un perfil de sabor extraordinariamente complejo: es a la vez dulce y amargo, con notas anisadas, herbales, balsámicas y florales que bailan en el paladar.

Un Digestivo con Identidad Propia

Tradicionalmente, el Herbero se consume como digestivo después de las comidas. Se sirve frío, solo o con hielo, y se cree que sus propiedades herbales ayudan a la digestión. Es una bebida que habla del terruño, de paseos por la montaña recolectando hierbas y del conocimiento popular sobre botánica. En la región de Alicante, el Herbero forma parte de un trío de licores emblemáticos, junto con el Café Licor de Alcoy y el Cantueso Alicantino. Redescubrir el Herbero de la Sierra de Mariola es saborear un paisaje, una cultura y una tradición que ha sabido embotellar la esencia misma de las montañas mediterráneas.

Conclusión

Nuestro viaje a través de estos seis licores ancestrales nos ha demostrado que el pasado tiene un sabor sorprendentemente moderno. Desde la dorada hidromiel de los vikingos hasta el botánico Herbero de Alicante, cada una de estas bebidas ofrece una ventana a una cultura, una historia y un ecosistema únicos. No son simples productos, sino legados líquidos que han sido cuidadosamente preservados y ahora están siendo redescubiertos por una nueva generación ávida de autenticidad, complejidad y narrativa.

El renacimiento de la hidromiel, el pulque, la chicha, el shōchū, la absenta y el Herbero nos enseña a valorar la diversidad, los métodos artesanales y la conexión con la materia prima. Nos invitan a beber más despacio, a apreciar el ritual y a explorar perfiles de sabor que desafían las convenciones. Son la prueba de que en el mundo de las bebidas espirituosas, las historias más antiguas pueden contar las novedades más emocionantes. Te animamos a continuar esta exploración y a descubrir la increíble variedad de licores y destilados que el mundo tiene para ofrecer en nuestra tienda, donde cada botella cuenta su propia y fascinante historia.

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